lunes, 20 de enero de 2020



CLINICA
Las infecciones se producen en todas las edades, son más frecuentes en niños y ejercen tropismo por las células epiteliales ciliadas de la nasofaringe (si bien pueden infectar las células epiteliales del aparato digestivo). El cuadro clinico que ocasionan parece estar más relacionado con la liberación de mediadores de la inflamación que con la lesión celular y consiste esencialmente en congestión nasal, rinorrea, odinofagia y tos seca de 1 semana de duración. La sintomatología sistémica, con malestar general, cefalea, fiebre o febrícula, es menos frecuente.

También pueden producir infecciones del aparato respiratorio inferior, especialmente en pacientes con enfermedades de base o inmunodeprimidos. Pueden presentarse complicaciones en pacientes ancianos o con enfermedad respiratoria subyacente, así como en niños de corta edad. Los coronavirus se han relacionado con cuadros de gastroenteritis y son abordados en otro apartado.

La asistencia a pacientes con CoVH-SARS permitió docuemntar un cuadro seudogripal de inicio, con posterior compromiso respiratorio que en los casos graves evolucionaron al distrés y diarrea líquida abundante. El CoVH-MERS ocasiona neumonía y afectación renal con fallo multiorgánico y una mortalidad del 30%.

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DIAGNÓSTICO
En las infecciones graves por CoVH-SARS y/o por CoVH-MERS, las radiografás y la TC de tórax permiten objetivas consolidaciones focales, uni o bilaterales que en estadios avanzados evolucionaban a signos de fibrosis, cambios quísticos, neumomediastino o neumotórax.

Desde el punto de vista virológico, el abordaje práctico de las infecciones por coronavirus se enfoca mediante técnicas de detección genómica basadas en PCR en tiempo real y "biochips" que aumentan la sensibilidad. La detección de Ac posee valor en la realización de estudios epidemiológicos para documentar la infección pasada.

TRATAMIENTO
Se carece de fármacos antivíricos eficientes frente a las infecciones habituales por coronavirus; por tanto, su tratamiento es de tipo sintomático. En los pacientes con cuadros graves se han empleado fármacos antivíricos como la ribavirina y el lopinavir e inmunomoduladores como el interferón beta y el factor de necrosis tumoral alfa con resultados variables.

Fuente: Medicina Interna 18° Edicion - Farreras

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